La mayoría de los paisajes urbanos en nuestro país siguen siendo dominados por edificios cuya altura promedio apenas sea equiparable con las torres de las iglesias que tan prolíficamente se construyeron en antaño.
Edificaciones más altas resaltan de forma solitaria, seguidas tímidamente por aquellos complejos habitacionales que albergan la siempre creciente población de las ciudades.
No es de extrañar que la Ciudad de México sea la punta de flecha que rasga esa monotonía, pues se mantiene a la vanguardia nacional en tantos ámbitos, que el arquitectónico difícilmente podía quedarse atrás.
Y dentro de la capital, en su epicentro económico y político, se encuentra Reforma, donde cada edificio nuevo busca opacar a los anteriores.
Para este año 2021, son cuatro los proyectos que resaltan para este corredor de rascacielos. Y si bien se encuentran en diferentes grados de avance, sin duda tienen los reflectores sobre ellos.
El primero es un conjunto de usos mixtos, con 51 niveles sobre banqueta y siete sótanos en la colonia Tabacalera.
Mientras, en la colonia Juárez avanzan los preparativos de la torre Impera Reforma, que si bien tuvo que reducir sus niveles de 47 a 40 sobre nivel de banqueta, mantendrá 10 sótanos de estacionamiento.
De regreso en la colonia Tabacalera, las oficinas del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) esperan por convertirse en un “proyecto de regeneración urbana” que “fomentará la participación de los sectores público, privado y social”, en palabras de las propias autoridades del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin).
Finalmente, en Reforma 35 se gestan planes para otro conjunto de usos mixtos, lo que suele implicar oficinas, comercio, vivienda e incluso hotel.
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